Explorando los Caminos del Psicodrama: Una Perspectiva Terapéutica para la Ansiedad en la Infancia y Adolescencia
Transformando la ansiedad en oportunidades de crecimiento y bienestar
Aportación: Juan Daniel Servín Núñez
La ansiedad es una experiencia común en la infancia y la adolescencia, pero es importante poder distinguir entre los miedos normales y los trastornos de ansiedad. Mientras que los miedos propios de la edad son parte del desarrollo y ayudan a los niños a enfrentar situaciones nuevas, la ansiedad se manifiesta como un estado emocional intenso que puede interferir en su funcionamiento diario.
Es fundamental comprender que la ansiedad no siempre está relacionada con una amenaza real y puede manifestarse en ausencia de un peligro evidente. Por ejemplo, es común que los niños pequeños experimenten miedo a la oscuridad, ya que están en proceso de distinguir entre la realidad y la fantasía. Sin embargo, cuando esos miedos se vuelven recurrentes, desproporcionados a la situación y van acompañados de síntomas como dificultades para conciliar el sueño, pesadillas, irritabilidad o problemas de concentración, es posible que estemos frente a un trastorno de ansiedad.
En este artículo nos centraremos en explorar el abordaje del trastorno de ansiedad desde la psicoterapia psicodramática. Esta forma de terapia se basa en el uso del juego y la dramatización para ayudar a los niños y adolescentes a expresar y comprender sus emociones, pensamientos y experiencias relacionadas con la ansiedad.
El enfoque psicodramático proporciona un entorno seguro y creativo donde los niños pueden explorar sus temores y preocupaciones a través del juego y la representación de roles. Esta técnica les brinda la oportunidad de experimentar nuevas formas de afrontamiento y resolución de problemas, fomentando su autoestima y confianza en sí mismos.
Además del abordaje terapéutico, es importante que los padres y cuidadores estén informados sobre los trastornos de ansiedad en la infancia y la adolescencia. Pueden desempeñar un papel crucial al brindar apoyo emocional, establecer rutinas estructuradas, promover la comunicación abierta y alentar la búsqueda de ayuda profesional cuando sea necesario.
En el marco del Psicodrama, la ansiedad es considerada como una respuesta inevitable y esencial del organismo frente a estímulos perturbadores. Podemos pensar en la ansiedad como una respuesta no aprendida, preemocional y adaptativa.
La ansiedad comparte elementos con la espontaneidad, que es considerada el núcleo dinámico de la teoría de Moreno. La espontaneidad se define como un estado de perpetua originalidad y perfecta adaptación a la realidad que se está viviendo. Sin embargo, el ser humano también busca una falsa seguridad al aferrarse a lo inmutable, ya que enfrentarse a la liberación implicaría tomar decisiones difíciles o enfrentar alternativas peligrosas. Como mecanismo para evitar el sufrimiento, se imponen límites a la espontaneidad.
En el enfoque psicodramático, se reconoce que la ansiedad puede estar presente en el proceso terapéutico, y se trabaja con ella de manera creativa y transformadora. A través de la representación de roles y la dramatización, se brinda la oportunidad de explorar y comprender las causas subyacentes de la ansiedad, así como encontrar nuevas formas de afrontamiento y liberación.
Los Síntomas de la ansiedad
Síntomas de la ansiedad infantil |
Miedos y temores propios de la etapa evolutiva |
Trastornos de ansiedad |
Infantes (0-5 años) |
– Estímulos discrepantes |
– Ansiedad generalizada |
– Ansiedad ante el extraño |
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– Ansiedad de separación |
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– Oscuridad, seres extraños, etc. |
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Niños (5-12 años) |
– Acontecimientos misteriosos |
– Ansiedad de separación |
– Rechazo parental |
– Trastorno de ansiedad generalizada |
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– Relación con iguales |
– Fobias específicas |
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Adolescentes |
– Adecuación social |
– Fobia social |
– Hipocondriasis |
– Trastornos propios del adulto |
|
– Miedo a la muerte |
Este cuadro comparativo resalta los síntomas de la ansiedad infantil, diferenciando los miedos y temores normales de la etapa evolutiva de los trastornos de ansiedad. En cada grupo de edad, se mencionan los síntomas específicos que suelen manifestarse en los infantes, niños y adolescentes, tanto en situaciones normales como en casos de trastornos de ansiedad.
Etiología de la Ansiedad
- Problemas familiares: Los conflictos familiares, la muerte o enfermedad de un padre o familiar cercano, así como una disciplina cruel, inconsistente o sobreprotectora pueden generar un ambiente de estrés y tensión que contribuye al desarrollo de la ansiedad en los niños y adolescentes.
- Problemas en la escuela: Las dificultades académicas, el acoso escolar (bullying), la presión académica excesiva o las experiencias negativas en el entorno escolar pueden desencadenar síntomas de ansiedad en los niños y adolescentes, especialmente relacionados con el rendimiento, la socialización o el miedo al fracaso.
- Experiencias traumáticas: Los eventos traumáticos, como abuso físico o sexual, violencia, accidentes graves o desastres naturales, pueden tener un impacto significativo en la salud mental de los niños y adolescentes. Estas experiencias pueden desencadenar trastornos de ansiedad y generar una respuesta de estrés crónico.
Es importante tener en cuenta que la ansiedad en la infancia y adolescencia es multifactorial, es decir, no se debe solo a un factor aislado, sino a la interacción de varios factores. Cada individuo es único y puede responder de manera diferente a estas circunstancias. Es fundamental brindar un entorno de apoyo, comprensión y tratamiento adecuado para ayudar a los niños y adolescentes a manejar la ansiedad de manera saludable.
Clasificación de los Trastornos de ansiedad
- Trastorno de Ansiedad por Separación: Se caracteriza por un miedo o ansiedad excesiva relacionada con la separación de las figuras de apego, como los padres o cuidadores. Los niños pueden experimentar angustia intensa al separarse de sus seres queridos, lo que puede interferir en su funcionamiento cotidiano.
- Trastorno de Estrés Post-traumático: Este trastorno se desarrolla después de la exposición a un evento traumático, como un accidente, abuso, violencia o desastre natural. Los niños y adolescentes pueden experimentar recuerdos intrusivos, pesadillas, evitación de situaciones relacionadas con el trauma y síntomas de hipervigilancia.
- Trastorno de Ansiedad Generalizada (TAG): Se caracteriza por una preocupación y ansiedad excesiva y persistente sobre diversos aspectos de la vida cotidiana, como el rendimiento escolar, la salud, las relaciones sociales o el futuro. Los niños con TAG pueden tener dificultades para controlar sus preocupaciones y pueden experimentar síntomas físicos, como dolores de cabeza o problemas digestivos.
- Trastorno Obsesivo-Compulsivo (TOC): Este trastorno se caracteriza por la presencia de obsesiones, que son pensamientos, imágenes o impulsos no deseados y recurrentes, y compulsiones, que son comportamientos repetitivos realizados en respuesta a las obsesiones. Los niños con TOC pueden sentir la necesidad de realizar rituales o comportamientos repetitivos para aliviar la ansiedad.
- Trastorno de Pánico: Los episodios de pánico se caracterizan por la aparición súbita de síntomas intensos de ansiedad, como palpitaciones, dificultad para respirar, mareos o sensación de pérdida de control. Los niños y adolescentes con trastorno de pánico pueden tener miedo a experimentar nuevos episodios de pánico y pueden evitar situaciones que creen que pueden desencadenarlos.
- Fobia específica: Se refiere a un miedo intenso y desproporcionado hacia un objeto o situación específica, como animales, alturas, inyecciones, entre otros. Los niños con fobias específicas pueden experimentar ansiedad extrema cuando se enfrentan a la situación temida, lo que puede interferir en su vida diaria.
Estas son solo algunas de las clasificaciones de los trastornos de ansiedad en la infancia y adolescencia. Es importante destacar que cada trastorno tiene sus propias características y requiere un enfoque de tratamiento específico.
Tipos de ansiedad desde la óptica del psicodrama
Dentro de esta visión, se distinguen varios tipos de ansiedad que tienen su origen en el impulso de la espontaneidad y en la falta de canalización adecuada de la energía transformadora. A continuación, describiremos tres tipos de ansiedad desde esta óptica:
- a) Ansiedad básica: Este tipo de ansiedad está relacionado con la función de la espontaneidad en los primeros años de vida. Desde el momento en que nacemos, la espontaneidad nos impulsa a realizar acciones necesarias para nuestra supervivencia, como respirar o emitir sonidos para comunicar nuestras necesidades. A medida que crecemos, esta ansiedad básica va disminuyendo, pero en el adulto sigue presente como un residuo básico. Moreno la denominó «hambre de transformación», que se manifiesta cuando la espontaneidad disminuye y la ansiedad básica aflora.
- b) Ansiedad existencial: Este tipo de ansiedad surge cuando la «hambre de transformación» no encuentra un canal adecuado para desplegarse en un proyecto de vida específico. Cuando la espontaneidad se ve limitada y la creatividad se ve restringida, la ansiedad básica emerge como ansiedad existencial. Es un sentimiento auténtico que indica la coartación del proyecto existencial de un individuo.
Algunas formas genuinas de esta ansiedad son:
- Ansiedad de finitud: Es la conciencia de que la vida es finita y de que existe el temor de no haber podido desarrollar plenamente el propio proyecto de existencia antes de la muerte.
- Ansiedad de culpa: Se experimenta cuando se siente culpabilidad por un acto u omisión específico que refleja la alienación general de la existencia.
- Ansiedad de vacío: Surge cuando la propia vida carece de significado y se siente una falta de propósito. En este caso, la ansiedad básica se transforma en un sentimiento de vacío.
- c) Ansiedad neurótica: Este tipo de ansiedad se produce cuando un individuo reprime o niega los sentimientos auténticos de la ansiedad existencial y no logra desplegar adecuadamente su tendencia de transformación hacia su propia trascendencia. Como resultado, la ansiedad básica se canaliza de manera compulsiva y toma la forma de ansiedad neurótica.
Además de comprender los distintos tipos de ansiedad desde la óptica del psicodrama, es importante destacar que la ansiedad que experimentamos como adultos tiene sus raíces en la infancia. Los patrones de pensamiento, las emociones y los comportamientos relacionados con la ansiedad se desarrollan desde una edad temprana y pueden perdurar a lo largo de la vida si no se abordan adecuadamente. Los eventos estresantes, las experiencias traumáticas y los desafíos emocionales que enfrentamos en la infancia pueden desencadenar respuestas de ansiedad en la edad adulta. Por lo tanto, es fundamental prestar atención a la ansiedad en la infancia y brindar intervenciones terapéuticas adecuadas para promover un desarrollo saludable y prevenir la persistencia de trastornos de ansiedad en la edad adulta.
En conclusión, la ansiedad en la infancia y en la adolescencia es un tema de gran importancia y complejidad. Es fundamental poder diferenciar entre los miedos propios de la etapa evolutiva y los trastornos de ansiedad, ya que esto permitirá una intervención temprana y adecuada. La psicoterapia psicodramática se presenta como un enfoque valioso para abordar la ansiedad, ya que considera este estado emocional como una respuesta adaptativa del organismo. Mediante el psicodrama, se puede explorar y trabajar la ansiedad en sus distintas manifestaciones, desde la ansiedad básica hasta la ansiedad neurótica, brindando herramientas terapéuticas para su manejo y transformación. Además, es importante tener en cuenta que la ansiedad en la infancia puede desencadenar la ansiedad en la adultez, por lo que un abordaje temprano y efectivo resulta fundamental para promover la salud mental a lo largo de la vida. En resumen, comprender y atender la ansiedad en la infancia y en la adolescencia es crucial para el bienestar emocional y el desarrollo óptimo de los individuos.
Amorosamente: Juan Daniel Servín Núñez
«La ansiedad, inherente a nuestra existencia, puede convertirse en un obstáculo cuando limita nuestra espontaneidad y creatividad, generando roles rígidos que dificultan nuestro fluir en la vida» (Servín, 2023).
Bibliografía:
Bello, M. C. (2000). Introducción al Psicodrama. México: Editorial Colibri.
Blatner, A. (2005). Bases del Psicodrama. México: Editorial Pax México.
Espina, J. A. (1995). Psicodrama Nacimiento y Desarrollo. Salamanca: Editorial Amarú Ediciones.
González, J. de J. (2001). Psicopatología de la adolescencia. México: Editorial El Manual Moderno.
Leveton, E. (1980). Como Dirigir Psicodrama. México: Editorial Pax.
Moreno, J. L. (1993). Psicodrama. Buenos Aires: Editorial Lumen.
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