El cambio en la vida es inevitable, pero ¿Cómo reaccionamos ante estos cambios? ¿Qué es lo que nos permite adaptarnos a distintas circunstancias? Para esto es necesario el desarrollo de la resiliencia.

La resiliencia es el proceso de adaptarse bien a la adversidad, a un trauma, tragedia, amenaza, o fuentes de tensión significativas, como problemas familiares o de relaciones personales, problemas serios de salud o situaciones estresantes del trabajo o financieras (Comas, Suniya & Salvatore, 2011). Esto no significa que siempre se ponga buena cara ante las adversidades, significa que a pesar de las circunstancias se es capaz de salir del estado de dificultad.

El individuo resiliente cree que su actuación puede modificar la situación en que se encuentra, que el esfuerzo persistente merece la pena y que las situaciones peligrosas y los fracasos son inevitables y superables, sin que les cause un nivel de ansiedad excesivo ni un deseo de rendirse (Oriol-Bosch 2012). El nivel de conciencia y realismo que permite esta creencia no se da de la noche a la mañana, se trata de la autoconfianza, el autocontrol y compostura que se desarrolla a través del tiempo no solo por experiencias pasadas sino también el contar con redes de apoyo que contribuyan al enriquecimiento de estas.

Vidal Fernández (2024) propone ocho atributos de la resiliencia: Autoconocimiento y autoestima, empatía, autonomía, enfoque positivo ante la adversidad, conciencia de presente y optimismo, flexibilidad y perseverancia, sociabilidad y por ultimo tolerancia a la incertidumbre.  Dichos atributos o cualidades pueden adquirirse trabajando en el crecimiento personal, siempre teniendo en cuenta que cada persona tiene su propio ritmo.

Ser resiliente no quiere decir que la persona no experimenta dificultades o angustias. El dolor emocional y la tristeza son comunes en las personas que han sufrido grandes adversidades o traumas en sus vidas (Comas, Suniya & Salvatore, 2011), a pesar del dolor emocional y la tristeza, el desarrollar cualidades como el autoconocimiento y la conciencia del presente nos ayudan a darnos cuenta que no podemos quedarnos con esos sentimientos para siempre y aunque no se puede cambiar el entorno si podemos trabajar y controlar el cómo nos afecta a nosotros mismos.

Aunque las cualidades antes mencionadas las poseemos los seres humanos por naturaleza, no todas están desarrolladas de la misma forma, algunas se desarrollan más que otras de acuerdo a diversos factores tales como: el núcleo familiar, el entorno social o las experiencias vividas en las diferentes etapas del crecimiento; por esto es importante identificar cuáles son en las que se tiene que trabajar para lograr cambios que permitan el desarrollo de la resiliencia que a su vez es lo que nos ayuda a ser personas con mejor capacidad de adaptación a los inevitables cambios de la vida ya que muchos de estos no se pueden prever.

Por otro lado, hay que recalcar que el ser capaces de fortalecerse mentalmente para las adversidades no significa que debemos afrontar todo solos, parte de ser resiliente es también darnos cuenta y aceptar cuando necesitamos ayuda o apoyo emocional de personas que nos den seguridad y confianza, ser resiliente es también poder comunicarse asertivamente en situaciones de vulnerabilidad.

Para concluir es importante decir que el ser resiliente no quiere decir que ante una situación difícil, nueva o dolorosa se estará bien al día o a la semana siguiente puesto que todo es un proceso, pero si nos da la conciencia que por mucho que nos afecte lo podemos superar y aprender del proceso, que, aunque tome tiempo podremos seguir con nuestras vidas y aceptar que no todo es como nos gustaría.

Si lo vemos de otra forma, ser resiliente no solo es importante para el desarrollo humano ya que nos hace personas adaptables, sino también es ser más responsables con nuestros sentimiento y emociones, ya que nos hace ser realistas cuando estamos pasando por cambios y cómo estos nos pueden afectar, si seremos capaces de afrontarlos solos o si necesitamos ayuda, si necesitamos comunicar lo que nos afecta, aunque a veces sea difícil. Ser resiliente no es poder con todo solo, sino también saber cuándo necesitamos ayuda para afrontar los cambios de la vida.

Referencias

Comas D. Lillian, Suniya S. Luther, Salvatore R. Maddi, Camino a la resiliencia. (2011, 26 julio). https://www.apa.org. https://www.apa.org/topics/resilience/camino#:~:text=La%20resiliencia%20es%20el%20proceso,estresantes%20del%20trabajo%20o%20financieras.

Oriol-Bosch, A. (2012). Resiliencia. Educación médica, 15(2), 77-78. https://scielo.isciii.es/scielo.php?pid=s1575-18132012000200004&script=sci_arttext

Vidal Fernández, J. (2024, 9 febrero). Resiliencia Las 8 cualidades de la persona resiliente | Área Humana. Psicólogos Madrid | Centro Área Humana. https://www.areahumana.es/resiliencia/