El proceso llamado plasticidad es la capacidad potente y bien desarrollada del cerebro para cambiar, como respuesta a las demandas del ambiente.

Este proceso tiene que ver con la producción y el reforzamiento de algunas conexiones neuronales y el desgastamiento o la eliminación de otras.

El nivel de cambio o de modificación dependerá del tipo de aprendizaje que suceda, para el aprendizaje a largo plazo involucrará una modificación más profunda, aunque además dependerá del período del aprendizaje, en el caso de los infantes se da un crecimiento excepcional de nuevas sinapsis, no obstante, la plasticidad es una particularidad central del cerebro que se desarrolla a lo largo de toda la vida.

En adultos mayores, la fluidez con una actividad puede disminuir los niveles de actividad cerebral, pero el cerebro también decae cuando más se deja de usar, por lo que con la edad el aprendizaje puede ser una manera efectiva de contraponer el bajo desempeño del cerebro, así que mientras más ocasiones existan para que los adultos mayores continúen aprendiendo a través de la educación o de las actividades sociales o laborales, más

serán las oportunidades de retrasar el inicio o se podrá desacelerar las enfermedades neurodegenerativas.

Medio ambiente

Es sabido que factores ambientales como un buen ambiente social, la alimentación, el ejercicio físico y el sueño llevan a un mejor funcionamiento del cerebro y por tanto tienen un alto impacto en la educación y el aprendizaje.

Si la mente y el cuerpo son condicionados correctamente, se puede tener ventaja del potencial del cerebro para la plasticidad facilitando el proceso de aprendizaje.

Emociones

En el centro del cerebro está el conjunto de estructuras conocido como el sistema límbico conocido también como el “cerebro emocional”. Existen evidencias mostrando que las emociones ciertamente redefinen el tejido nervioso. Cuando se genera estrés o miedo en exceso, el entendimiento social y el desempeño cognitivo padecen por el compromiso de los procesos neuronales de la regulación emocional.

Cierto nivel de ansiedad es necesario para afrontar los retos y pudiendo tener una

mejor cognición y aprendizaje, sin embargo, al rebasar cierto nivel se genera el efecto opuesto.

Respecto a las llamadas emociones positivas, uno de los más motivadores de las personas para el aprendizaje es el conocer nuevos conceptos ya que el cerebro responde positivamente a estos.  Cuando se vive esta experiencia llamada “iluminación” (conocimiento de nuevos conceptos) se puede crear conciencia de lo placentero que puede ser el aprendizaje.

Manejar las emociones es una habilidad relevante para un aprendiz eficaz; la autorregulación es una de las más significativas habilidades emocionales y de comportamiento, que las personas necesitan en la sociedad.

Las emociones guían los procesos psicológicos, tal como la capacidad de enfocar la atención, la resolución de problemas y el manejo de las relaciones.

Se ha identificado que existen regiones cerebrales críticas, cuya actividad y desarrollo están relacionados directamente con el autocontrol.

Referencias

Goleman, D. (1995), La inteligencia emocional. New York, Bantan.

Saavedra M, Aprendizaje basado en el cerebro, extension://efaidnbmnnnibpcajpcglclefindmkaj/https://www.redalyc.org/pdf/264/26410111.pdf