El sábado pasado en la última sesión del Diplomado en Terapia Infantil a Través del Juego y la Dramatización, se suscitó una discusión en torno al Trabajo de las emociones en terapia, el grupo se polarizó en dos, unos a favor y otros en contra. Surgieron algunas interrogantes como: ¿Acaso se deben trabajar las emociones en terapia? En caso afirmativo ¿Para qué debemos hacerlo?,  ¿Qué es trabajar las emociones?

Parece que “trabajar las emociones” se confunde con “controlar las emociones” del mismo modo, parece que existe un miedo colectivo hacía el abordaje de las emociones “negativas”, como si la polaridad negativa fuera lo peor que pudiera experimentar un ser humano.

Después de analizar y discutir sobre el trabajo de las emociones, llegamos a las siguientes conclusiones:

• Las emociones “no deben trabajarse” – o por lo menos no como un objetivo terapéutico- ya que no se trata de un material el cual pueda controlarse (haciendo referencia a la necesidad de control neurótico por parte del terapeuta), las emociones deben experimentarse, no existe forma alguna de trabajarlas siguiendo patrones o estructurando sesiones, las emociones simplemente se viven en el aquí y ahora.
• Será necesario permitir en terapia la psico-vivencia emocional, tratando de no satanizar las “emociones negativas” (ira, tristeza, frustración etc.). El terapeuta debe contemplar que con cualquier actividad y/o técnica realizada en sesión, surgen emociones, simplemente se deben dejar fluir sin tratar de controlar, en la mayoría de casos de terapia infantil, a los niños se les exige por parte de los adultos que moderen su expresión emocional, por tanto si ha de pedirse lo mismo en el espacio terapéutico, ¿De qué servirá la terapia?
• Es necesario tener presente la diferencia entre emoción y sentimientos, la emoción es la respuesta neurofisiológica a cualquier evento de la vida cotidiana, alterando el estado físico actual, el sentimiento en cambio, son las asociaciones mentales supeditadas a experiencias personales (cuando se puede nombrar ya es un sentimiento).
• Los sentimientos “pudieran trabajarse” en determinadas circunstancias, sin embargo esto sería más bien la tarea de un educador que de un terapeuta.
• En los motivos de consulta que estén relacionados con los trastornos generalizados del desarrollo, y/o en niños que presentan Trastorno de Espectro Autista (TEA), la perspectiva cambia, a ellos sí que hay que “Enseñarles” a nombrar y experimentar sus emociones, es decir, a generar asociaciones entre las sensaciones-emociones y sentimientos.

Con la intención únicamente ilustrativa comparto un material con la comunidad, éste podría usarse  para el “trabajo de los sentimientos” o  bien para un trabajo emocional en personas que presentan trastornos generalizados del desarrollo o TEA, cabe señalar que no sugeriré una forma de usarlo, el terapeuta sabrá encontrar la manera más creativa en su uso. Del mismo modo destaco que la autora del material es: Carmen Esteban a la cual le agradezco profundamente su aportación.

Sería fabuloso que compartieras cómo usarías tú este material, te pido dejes tus comentarios, mil gracias por leerme.

Att. Daniel Servín