Enfermedades psicosomáticas y su relación con las emociones

INTRODUCCIÓN

Se dice que “el cuerpo grita lo que la boca calla”, ¿esto es cierto, o solo es un dicho popular? Desde los griegos hasta nuestros días diversos estudiosos de la conducta humana han investigado la relación que existe entre el cuerpo y la mente, sus pensamientos, sus conductas y la importancia de las emociones. En los resultados de sus investigaciones han encontrado que muchas personas se enferman porque tienen furia, odio, resentimientos, tristeza, falta de aceptación, baja autoestima, culpa, frustración, entre otras provocando en algunos casos enfermedades como depresión, ansiedad y enfermedades psicosomáticas.

¿Qué relación tienen las emociones con las enfermedades psicosomáticas?  Las emociones juegan un papel significativo en las enfermedades psicosomáticas, ya que son condiciones físicas que se ven influenciadas por factores psicológicos que afectan la salud del individuo ya que al interactuar el cuerpo y la mente, dañan el funcionamiento de varios sistemas, como el sistema nervioso, el sistema inmunológico, digestivo, entre otros.

Las personas que están estresadas o ansiosas pueden experimentar el dolor de manera más intensa, empeorando las condiciones psicosomáticas. Ante la presencia e intensidad de una sintomatología física poco tolerable, la persona se asusta y acude a las unidades médicas para ser atendidos, sin embargo, ante la ausencia de hallazgos clínicos, los médicos determinan que no se encuentra una causa orgánica que explique o justifique la sintomatología y es entonces cuando se remite a la persona con el psicólogo o con el psiquiatra.

Existen varios modelos de atención psicológica que brindan desde su perspectiva, la mejor atención al individuo para encontrar el origen de las enfermedades psicosomáticas y ayudarle así, a mejorar su salud física para que tenga una mejor calidad de vida.

DESARROLLO

Desde la antigüedad hasta nuestros días, la enfermedad y las emociones han sido estudiadas. Los primeros hombres atribuyeron diferentes causas a la enfermedad. Los filósofos de las diferentes épocas de la historia trataban de explicar la analogía que existe entre emociones, cuerpo y mente. Derivado de estos estudios, surge una nueva disciplina llamada psiconeuroinmunología la cual estudia las relaciones entre los procesos psicológicos y el sistema inmunitario (Cabrera, García, Langmaack y Vázquez, 2013; Camino, 2011).

De esta manera se ha buscado dar respuesta a los motivos que enferman al cuerpo humano y la relación que existe con las emociones. Diversos estudios científicos han comprobado que la depresión, ansiedad y melancolía están presentes en pacientes con enfermedades crónicas (Camino 2011).

Por otra parte, la Organización Mundial de la Salud (OMS) refiere que en el año 2019 una de cada ocho personas en el mundo padecía un trastorno mental (ansiedad y depresión) caracterizado por alteraciones del pensamiento, falta de regulación emocional, comportamientos asociados con angustia o discapacidad funcional en otras áreas mentales.

Cabrera, García, Langmaack & Vázaues, (2013) afirma que las enfermedades psicosomáticas son el resultado de un conjunto de emociones que corresponden a una programación mental inadecuada por lo que estas enfermedades cobran un papel muy importante en la medicina y en la psicología siendo necesario su conocimiento para proporcionar el tratamiento que contemple la verdadera causa de la enfermedad.

El DSM-V encuadra a los trastornos psicosomáticos dentro de los trastornos por síntomas somáticos ya que están asociados a un malestar con un deterioro significativo porque es angustiante, con pensamientos, sentimientos y comportamientos anormales que dan lugar a síntomas físicos y hacen pensar a la persona que se trata de alguna enfermedad orgánica, pero al ser atendidos por los médicos estos no dan una explicación biológica.

La medicina tradicional, llama “psicosomáticos al conjunto de padecimientos de los cuales no se logra identificar una etiología fisiológica” (Vargas, 2013, p. 13). Así mismo Courel, (1996, citado en Vargas, 2013) afirma que, ante la falta de identificación de los orígenes biológicos, los médicos no le dan la debida importancia señalando a los pacientes como si estuvieran “locos” y es cuando son canalizados con el psiquiatra o con el psicólogo. Los profesionales de la salud mental han usado el termino de somatización como ““una queja física, que ocasiona malestar, en ausencia de hallazgos clínicos que permitan postular una causa orgánica que pueda explicarla completamente” (López y Belloch, 2002, p.73.

Camino (2011) afirma que una persona con emociones bien reguladas presenta un buen estado físico y mental, pero cuando las reprime, se encuentra en un estado de vulnerabilidad e insatisfacción, por lo que un desequilibrio emocional da lugar a enfermedades psicosomáticas como fibromialgia, úlcera de estómago, jaquecas repetitivas, dolores musculares, entre otras.

Para el tratamiento de estas enfermedades psicosomáticas, existen diversos modelos de atención psicológica cuyo objetivo es mejorar el bienestar general de la persona que la sufre, todos ellos abordan el tema desde diferentes perspectivas con una visión única sobre como las emociones y el estrés pueden influir en la salud física. Estos modelos son: Modelo Psicoanalítico, Modelo Cognitivo Conductual, Modelo Humanista, Modelo Biopsicosial, Terapia Gestalt, Psicología Positiva, Terapia Regresiva Reconstructiva, entre otros.

CONCLUSIONES

Por lo tanto, las emociones juegan un papel significativo en las enfermedades psicosomáticas ya que son condiciones físicas que se ven influenciadas o agravadas por factores psicológicos y emocionales que influyen en el bienestar físico de la persona. Comprender la interrelación entre la mente y el cuerpo es esencial para brindar un diagnóstico y tratamiento eficaz de estas condiciones. Se recomienda brindar un enfoque multidisciplinario que integre la atención médica con la psicoterapia para promocionar un estilo de vida saludable.

BIBLIOGRAFÍA

American Psychiatric Association.  Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales DSM-V 5ª Edición. Editorial medica Panamericana.

Camino, J (2011).  Asociación Española de Análisis Transaccional AESPAT al servicio de profesionales y simpatizantes del Análisis Transaccional en España. Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, No. 65, 2º Semestre 2011, Pág. 207-214. Recuperado de https://dialnet.unirioja.es/servlet/revista?codigo=12611

Cabrera, A., García, M., Langmaack, H. & Vázquez, L (2013). Neurociencia de las Emociones y Trastornos Psicosomáticos (Tratamientos Alternativos). Centro Universitario México A.C. Disciplina: Psicología.

López, J, Belloch, A. (2002). La somatización como síntoma y como síndrome: Una revisión del trastorno de Somatización. Revista de Psicopatología y Patología Clínica 2002, Volumen 7, número 2 pp. 73-93 Recuperdo de https://www.aepcp.net/wp-content/uploads/2020/05/01.20022.Santiago-Belloch.pdf

Organización Mundial de la Salud. Página recuperada de: https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/mental-disorders

Vargas, P. (2013). Las enfermedades psicosomáticas y el malestar emocional de los (as) estudiantes de la Sede del Atlántico, Universidad de Costa Rica. Revista Electrónica de las Sedes Regionales de la Universidad de Costa Rica, vol. XIV, núm. 28, 2013, pp. 5 – 24