Hoy es realmente gratificante y provoca una profunda reflexión ver surgir a una nueva generación de profesionales, quienes muestran un compromiso genuino tanto en su crecimiento personal como profesional, y exhiben una pasión vibrante por las especialidades terapéuticas que han seleccionado. El entusiasmo que demuestran al hablar, pensar y practicar sus terapias diariamente es tan inspirador que ha logrado conectarnos con amigos, conocidos y hasta desconocidos a través de las redes sociales. A pesar de esos logros, aún tienen un extenso trayecto por delante.
Mientras el número de profesionales en psicología y terapia de lenguaje y campos afines sigue incrementando y ofreciendo sus servicios a la terapia infantil, es frecuente que tanto recién graduados como aquellos que ya llevan tiempo fuera de la universidad compartan una problemática común: a menudo no tienen claro cómo implementar correctamente una terapia de lenguaje o terapia infantil, enfrentándose a dudas e inseguridades profesionales. (Bigoglio, 2023) Es crucial que estos nuevos talentos en las áreas de terapia infantil y del lenguaje adquieran una educación adecuada y especializada en técnicas y estrategias eficaces para ejecutar estas intervenciones con éxito. Se identifica un problema que necesita resolución: la mayoría de los profesionales piensa que su práctica clínica mejorará con más formación y especialización (postgrados) y una mayor acumulación de conocimientos; sin embargo, cuando buscan aplicar lo aprendido, persiste la incertidumbre (Frank et al. 2020) ¿Cómo se realiza eficazmente una terapia infantil o del lenguaje? La respuesta no es fácil, pero está claro que solo acumular conocimientos no basta. La importancia de aplicar de manera práctica los conocimientos y acumular experiencia es fundamental para el avance profesional en este ámbito; de hecho, todas las universidades ofrecen pasantías profesionales supervisadas. A pesar del esfuerzo de las universidades por cerrar la brecha entre la teoría y la práctica, parece que, desde la perspectiva de los estudiantes, esta brecha no se resuelve completamente. El especialista clínico novato enfrenta numerosas inseguridades profesionales al adentrarse en la práctica real. (Ospina et al. 2023)
La cuestión primordial sigue siendo cómo integrar efectivamente la teoría con la práctica aplicada. Podría haber numerosas respuestas a esto, y simplemente la docencia universitaria puede resultar insuficiente. Indudablemente, un profesor con amplia experiencia académica puede aportar un conocimiento teórico precioso; sin embargo, la verdadera comprensión y aplicación de estrategias en terapia infantil se alcanza mediante la práctica constante y la minuciosa observación de los casos. Así mismo, el docente por sí solo no puede facilitar al estudiante la plena integración de estos conocimientos. Es crucial que el estudiante tenga oportunidades de aplicar el conocimiento teórico en contextos prácticos con niños para lograr una comprensión holística de las estrategias de terapia infantil y de lenguaje. No obstante, la cuestión surge respecto a las prácticas profesionales. Es en este escenario donde se anticipa que el terapeuta en formación pueda desarrollar una práctica que se fundamente en teoría y evidencia científica (García y Gutiérrez 2020). A pesar de ello, frecuentemente se observa una desconexión entre teoría y práctica en este entorno. A mi juicio, esa problemática nace de que el terapeuta en formación no ha asumido todavía un rol profesional pleno, continuando con las expectativas familiares y académicas impuestas por el entorno universitario. Partiendo de este punto, el terapeuta en formación no se adentra en su rol profesional y egresa de la universidad con esa carencia formativa. Entonces, ¿qué medidas podemos tomar? Me gustaría proponer en este ensayo dos directrices cruciales a seguir rigurosamente. Primero, el terapeuta que desee especializarse en terapia infantil y del lenguaje debería considerar el apoyo de un psicoterapeuta para comenzar su propio desarrollo personal. Segundo, es fundamental buscar una formación que le brinde un rol profesional desde el inicio, optando por prácticas profesionales que sean tutoradas en vez de simplemente supervisadas.
Una clara separación existe entre la supervisión y la tutoría, especialmente destacada en el contexto universitario. Ambas formas están dirigidas a facilitar que el estudiante aplique sus saberes teóricos en un ambiente controlado recibiendo retroalimentación por parte de un profesional con experiencia en la materia. No obstante, en la supervisión, el terapeuta continua en un papel de alumno frente a un maestro que presuntamente detenta todo el conocimiento. En cambio, bajo la tutoría, el terapeuta adquiere un papel más activo como profesional, disfrutando de mayor responsabilidad y la autonomía para explorar y generar conocimiento, con el tutor actuando como guía en su trayecto educativo. Adquirir habilidades terapéuticas y de manejo del lenguaje a través de prácticas directas y manejo de situaciones reales es crucial para trabajar con niños. Es vital obtener experiencia clínica para atender correctamente consultas de terapia del lenguaje y terapia infantil; por tanto, es prioridad centrarse en el desarrollo de habilidades prácticas. En la Asociación Mexicana de Psicoterapia y Educación, ofrecemos entrenamientos enfocados en terapia de lenguaje y terapia infantil para afrontar estas exigencias.
A continuación, expondré algunas estrategias que te ayudarán a superar la barrera teórica y a aplicar efectivamente tus conocimientos en el ámbito clínico. Primero, es esencial que asumas tu rol de consultor profesional en terapia del lenguaje o infantil, lo que implica ser consciente de tus habilidades y buscar asesoría cuando sea necesario, como lo preparaste durante tus estudios universitarios.
En otro consejo, te animo a que experimentes, pero siempre teniendo en cuenta el juicio común, las normas legales y los códigos éticos de la profesión. Toma la iniciativa en el manejo de los casos que recibes, sin esperar dirección externa, lo que limitaría tu capacidad de toma de decisiones y dependería constantemente de otros para consultas. Esto es clave para fortalecer tus competencias clínicas. La práctica constante es crucial para desarrollar tanto tus habilidades como tu confianza en el tratamiento de casos infantiles.
No debes rendirte fácilmente. En muchas ocasiones, he observado que los terapeutas sufren ansiedad y se sienten abrumados por sus propias expectativas de «curar» o mejorar notablemente al paciente. En estos casos, lo mejor es mantener la calma y no asumir responsabilidades excesivas. Es ético y profesional derivar a los pacientes a otros especialistas cuando sea necesario. Recuerda que la terapia infantil es un proceso continuo y que cada caso es único, lo cual requiere paciencia y perseverancia. Incrementar tus conocimientos o tomar más cursos no siempre se traduce en la resolución de problemas. Anteriormente, destacaba la importancia de que el terapeuta buscara supervisión personal con un psicoterapeuta. En este espacio, no solo se pueden tratar temas personales del terapeuta, sino también reflexionar sobre la sobrecarga en los casos atendidos. A veces, lo que se necesita no es más información sobre el motivo de consulta, sino un desarrollo más profundo de habilidades clínicas, algo que los cursos por sí solos no pueden proporcionar.
Detrás de cada menor que asistes en terapia, se encuentran los padres, convirtiéndolos en tus principales clientes. Es fundamental, entonces, establecer límites claros y mantener una comunicación franca con ellos para asegurar el éxito del proceso terapéutico infantil. Aunque pueda parecer lógico asumir que, en cualquier servicio, “el cliente siempre tiene la razón,” esta premisa puede ser contraproducente en el ámbito de la terapia, particularmente debido a la tendencia reciente de padres que participan menos con sus hijos y exigen más a los profesionales, tal como señalan Tomás et al. 2023 (Ramos et al. 2022).
En realidad, el objetivo principal debería ser el bienestar del niño y no acceder sistemáticamente a las solicitudes de los padres. Es necesario fomentar una relación profesional basada en la confianza con ellos, pero centrándose siempren en proporcionar el tratamiento más adecuado para el menor en cada caso. En la terapia infantil, el propósito no es satisfacer a los padres incesantemente, sino colaborar estrechamente con ellos para beneficiar al niño.
Sé que puede ser difícil adoptar una postura no complaciente frente a los padres; No obstante, es imprescindible mantener una actitud profesional firme y definir límites claros en el proceso terapéutico para asegurar que se lleve a cabo de manera efectiva y provechosa para el niño. Recuerda que como experto en terapia infantil o del lenguaje, el éxito de la terapia depende no solo de tus conocimientos y habilidades, sino también del nivel de confianza y estructura que construyas con tus clientes. Si los padres exigen que la terapia siga sus propias pautas, podría ser necesario redefinir el marco de trabajo. En situaciones donde eso no sea cómodo para tus clientes, tal vez sea prudente sugerirles que consideren otras alternativas. Ser excesivamente complaciente puede parecer útil al principio del tratamiento, pero a la larga, podría resultar en clientes insatisfechos y frustrados, creyendo que no lograron los resultados esperados y sintiéndose defraudados. No te sientas compelido a conceder todas las demandas de los padres, es crucial mantener un enfoque profesional y preservar la integridad del tratamiento.
Debido a la influencia de la tradición médica y el marco legal de nuestra profesión, así como la formación universitaria, la mayoría de los terapeutas, ya sean principiantes o expertos, tienden a centrarse en la psicopatología como base de su intervención (Wampold & Imel, 2023). Sin embargo, es crucial ampliar el enfoque, considerando otros aspectos del desarrollo infantil, tales como el entorno familiar, las interacciones sociales y las habilidades comunicativas. Más allá de diagnosticar con la intención de identificar o nombrar un trastorno o enfermedad psicológica o de la comunicación humana, lo fundamental es comprender el caso en estudio, lo que implica entender su escala de valores, emociones, y más. Desde esta perspectiva, se requiere adoptar un enfoque más amplio que contemple la influencia del contexto social y familiar en el desarrollo del niño y la importancia de promover habilidades adaptativas y resiliencia.
Te recomiendo enfáticamente evitar la búsqueda de pruebas o tests, gratuitos o de pago, para evaluar a un paciente, ya que esto refleja una falta de comprensión sobre la terapia. Al utilizar estos instrumentos, parece que se delega en ellos la responsabilidad de proveer respuestas. Recuerda que, aunque existen instrumentos o tests que pueden corroborar observaciones previas realizadas durante el proceso terapéutico, no deben constituir la base de tu evaluación. En lugar de concentrarte en pruebas, es vital centrarse en la observación directa del paciente durante la terapia, lo que facilitará una visión más integral y precisa de su situación y su evolución.
El reto inicial en la terapia infantil y del lenguaje consiste en reconocer que el conocimiento adquirido en la universidad es meramente el comienzo. No se requiere una maestría abrumadora para ejercer como terapeuta, sino que la verdadera guía viene de la experiencia en campo que te encamina a la excelencia terapéutica. Si sientes el impulso de continuar tu educación, es crucial seleccionar programas de formación que estén enfocados prácticamente y no solo en debates teóricos caso por caso, puesto que estas discusiones académicas no equivalen a la resolución real de problemas. Por lo tanto, es vital optar por programas donde la terapia sea el eje central, contando con apoyo consistente y sólido. En este sentido, la Asociación Mexicana de Psicoterapia y Educación A.C. ofrece una excelente plataforma para encontrar dichos programas que respalden tu crecimiento profesional.
Evite soluciones inmediatas o recursos que sean gratuitos o de pago. Con la pandemia de Covid-19, nos vimos inundados por un flujo de productos digitales, promovidos por emprendedores que lanzan materiales de pago, pero sin una base científica consolidada. A pesar de que algunos puedan tener buenas bases, generan guías y métodos estandarizados lo cual crea un vacío en la integración de la teoría con la práctica. Se venden como soluciones atractivas, engañando a terapeutas que buscan proveer un servicio de calidad, llevándolos a gastar su dinero inútilmente en soluciones que deberían ser construidas personalmente. En cuanto a la terapia del lenguaje, se tiende a buscar actividades y métodos que como previamente mencioné, no resultaran efectivos. Es importante recordar que, aunque dichas actividades estén disponibles gratuitamente en línea, la persistencia de los trastornos del lenguaje sugiere que el acceso no asegura la erradicación del problema.
Uno de los desafíos que emergen para 2024 es la proliferación de profesionales y seudoprofesionales en la terapia del lenguaje y la terapia infantil, creando confusión y comprometiendo la calidad del servicio ofrecido, según Nielsen y Ward 2020. Es fundamental destacar que muchos seudoprofesionales puedan estar formados en áreas relacionadas pero carecen de especialización adecuada para trabajar con niños, lo cual es un peligro potencial para su desarrollo. La solución no se debe centrar en excluirlos sino en integrarlos y proporcionarles la formación necesaria.
Referencias:
Bigoglio, V. P. (2023). … intervención diagnóstica y terapéutica en la clínica con niños que tienen los Licenciados en Fonoaudiología de la ciudad de Rosario egresados en los últimos …. unr.edu.ar
Frank, H. E., Becker-Haimes, E. M., & Kendall, P. C. (2020). Therapist training in evidence‐based interventions for mental health: A systematic review of training approaches and outcomes. Clinical Psychology: Science and Practice, 27(3), 20. nih.gov
Ospina Botero, M., Bernal Vélez, I. C., Silva Silva, A. S., Damon Becerra, M., Ossa Posada, D. S., & Salazar García, L. M. (2023). Tras las cortinas del consultorio: Narrativas del terapeuta desde su familia de origen. Universidad Pontificia Bolivariana. upb.edu.co
García, J. R., & Gutiérrez, M. L. E. (2020). De la pseudoterapia a la psicoterapia basada en evidencia¿ por qué es importante diferenciarlas?. Educación y Salud Boletín Científico Instituto de Ciencias de la Salud Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, 8(16), 65-68. uaeh.edu.mx
Bustamante, A. R., & Cardona, M. B. (2020). La formación de terapeutas familiares en la Universidad Católica Luis Amigó Medellín-Colombia. Gestión de las Personas y Tecnología, 13(38), 6-21. unirioja.es
Suárez Márquez, C. (2024). Formulación de caso a partir del Método Clínico Psicológico: Análisis de caso: Influencia del trauma transgeneracional en un niño con temores nocturnos.. ces.edu.co
Tomás, J. M. M., Botía-Morillas, C., Abril, P., & Jurado-Guerrero, T. (2023). Políticas y culturas organizacionales que facilitan la implicación de los padres en los cuidados. Cuadernos de relaciones laborales, 41(1), 177. [HTML]
Ramos, M., Guajardo, F., Orellana, V., Bellei, C., Canales, M., & Contreras, M. (2022). Educación: La promesa incumplida: Esfuerzo, miedos y esperanzas de familias chilenas en el mercado escolar. Editorial Catalonia. researchgate.net
Wampold, B. E. & Imel, Z. E. (2023). El gran debate de la psicoterapia: La evidencia de qué hace que la terapia funcione. [HTML]
Nielsen, K., & Ward, T. (2020). Mental disorder as both natural and normative: Developing the normative dimension of the 3e conceptual framework for psychopathology. Journal of Theoretical and Philosophical Psychology, 40(2), 107. ugent.be
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