LA REESTRUCTURACIÓN COGNITIVA COMO TÉCNICA PSICOLÓGICA
Lourdes Janeth Arenas Guzmán
Cada persona comprende el mundo a través de representaciones mentales e imágenes totalmente subjetivas, creadas con base en una representación mental propia, que muchas veces dista bastante de la realidad. De esta forma, nuestra vida, nuestros sentimientos y nuestro bienestar dependen en gran medida de los pensamientos que genere nuestro cerebro puesto que nuestras interpretaciones serán las que determinen nuestras reacciones.
Esta técnica se basa en las experiencias, las cogniciones o pensamientos y las reacciones, ya que es así como el terapeuta ayuda a identificar al paciente esos pensamientos irracionales mediante preguntas y experimentos conductuales bajo un enfoque psicoeducativo y colaborativo de “descubrimiento guiado”.
El principio básico de la terapia de reestructuración cognitiva de Albert Ellis defiende que la perturbación emocional no está provocada de forma directa por la situación, sino por la interpretación que se hace de ella. Y cuando las situaciones se interpretan a partir de creencias irracionales aparece el malestar.
¿Qué son las creencias irracionales? Exigencias absolutistas acerca de uno mismo, otras personas y el mundo, sobre todo SUPOSICIONES.
A continuación enumeramos las distorsiones más comunes, aunque hay muchas más.
- Personalización: Tomarse las cosas como si fueran algo personal, cuando no es así. Ver los acontecimientos como consecuencias de nuestros actos. “Esta molesta seguramente por lo que hice ayer”
- Lectura de mente: Adivinar lo que otros están pensando, cuando realmente nadie tiene ese poder y no tener ninguna evidencia de que estén pensando lo que creemos.
- Predicciones negativas: Sobre-estimar la probabilidad de que ocurra un acontecimiento negativo.
- Subestimar la propia capacidad: Pensar que tenemos menos capacidad de la que tenemos para hacer frente a ciertas situaciones.
- Catastrofizar: Evaluar una situación como lo peor que podría ocurrir. Por ejemplo: lo peor que puede pasar es que este lloviendo.
- Atención sesgada a estímulos sociales de rechazo y poca atención a los signos de aceptación: Por ejemplo, en una clase prestar atención a los que están distraídos y no a los que están atentos que es la mayoría.
- Recuerdo sesgado hacia experiencias negativas y obviar las positivas: Pensar en lo mal que lo has pasado pero no en los momentos buenos.
- Los “debería” y “tengo que”: Son demandas o exigencias internas sobre las capacidades propias o de los demás sin pensar si son razonables en el contexto o situación. Por ejemplo: Debo tener contentos a todos porque esperan mucho de mí.
- Pensamiento dicotómico. El todo o nada: O lo hago perfecto o mejor no lo hago.
- Creer en un mundo justo: Existen pobres porque así quieren serlo.
- Creer que los demás tienen que saber nuestras necesidades: Es decir, creer que los demás pueden leernos la mente.
- Esperar o pretender que los demás actúen como creemos que es correcto: No pensar que cada uno es de una manera, y ha vivido sus experiencias, y no debemos pretender que los demás piensen como nosotros porque es estamos abocados al fracaso.
- Basar nuestro valor personal en las opiniones de los demás: Es decir, creerse todo lo que los demás dicen de nosotros. “No sirvo para nada, bien me lo dijo mi madre”.
- Abstracción selectiva: Es el proceso de centrar nuestra atención en un detalle negativo de una situación, viendo a esta de forma negativa en su totalidad. Por ejemplo, si he tenido un buen día pero al final de este comienzo a sentirme enfermo, pienso que siempre me pasa algo malo.
- Minimización:Darle poca importancia a lo positivo. Por ejemplo: las vacaciones solo son una vez al año.
- Magnificación:Hacer lo negativo mucho peor de lo que es. Hacer una montaña de un grano de arena. Por ejemplo: Estoy enfermo, seguro tengo cáncer o algo peor.
Reestructuración cognitiva para niños
Los niños también pueden hacer reestructuración cognitiva, pero siempre adaptado a su edad. En terapia el trabajo con niños se realiza normalmente a través del juego para que puedan prestar atención y lo entiendan bien. Estos ejercicios son adecuados para niños de entre 6 y 11 años.
- Metáfora de la televisión:“Imagina que tienes el poder de cambiar la forma en la que pensamos acerca de algo que nos haya pasado. Y tu mente es como una televisión y puedes ir cambiando de canal. Por ejemplo, el canal 1 es el de las malas noticias (pensamientos irracionales), y el canal 2 es el de las buenas (pensamientos alternativos).
- Títeres mentales, angelitos y diablos.La búsqueda de formas alternativas de pensar se hace más fácil si incorporamos este tipo de personajes representando el diálogo interno. “¿Qué te dice el diablo? ¿Qué diría el angelito?”
Fuente: Albert Ellis 1980 “Reason and Emotion in Psychotherapy”
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