MANEJO DE LAS EMOCIONES EN NIÑOS DE ESTANCIAS INFANTILES.

Trastorno emocional, trastorno del desarrollo de la personalidad que responde a factores afectivos y familiares, que se manifiestan en el hogar y en la escuela, detonando falta de adaptación, aislamiento, desinterés, decaimiento, excitación y problemas en el comportamiento, una de las dificultades especificas del aprendizaje son los trastornos emocionales y de conducta.

Son trascendentales para el desarrollo de la afectividad del niño y para la estructuración de la personalidad. Acarrean dificultades de aprendizaje como síntomas secundarios, al igual que ante cualquier trastorno, su detección y abordaje temprano son fundamentales ya que estos se manifiestan tanto en el hogar como en la escuela.

Su abordaje debe ser tanto con el niño como con la familia ya que, si se hace en forma precoz, se evitan dificultades mayores o situaciones difíciles de revertir para el desarrollo psíquico del niño involucrando las relaciones vinculares, como: el aprendizaje y otras áreas. Cabe aclarar que las desestabilizaciones o desajustes emocionales son normales en determinados momentos evolutivos y en determinada magnitud; pero no son síntomas normales si se manifiestan siempre y dependiendo también del entorno.

Históricamente se han separado siempre las dificultades de aprendizaje de los trastornos de conducta, sin embargo, hoy podemos afirmar que están íntimamente ligados y que es fundamental detectar cual, de los dos es síntoma primario para desde ahí organizar el tratamiento adecuado.

¿El no tener un control de las emociones puede generar problemas en el aprendizaje?

Considero que el saber manejar las emociones desde una edad temprana es la base fundamental para el aprendizaje, ya que cuando este aspecto no es favorable el niño no logra concentrarse en las actividades escolares y aun teniendo la inteligencia, no alcanza un buen desarrollo cognitivo.

Una de las razones por las que el niño no logra el control de sus emociones es debido a que un gran porcentaje de la población de padres que trabajan depositan a sus hijos en escuelas o guarderías en donde pasan largas jornadas de tiempo y el niño puede manifestar síntomas de abandono, por tal motivo si en casa no hay armonía y tiempo de calidad para el niño, difícilmente entenderá el  por qué debe pasar largos periodos de tiempo en la escuela sin llegar a sentirse abandonado por sus padres, es importante que en este caso también los cuidadores escolares sean empáticos con estos niños para que se sientan seguros y logren crecer fortalecidos y con autonomía ya que el desarrollo emocional en la infancia es la base del equilibrio psicológico del adulto.

Para desarrollarse emocionalmente sano, el niño o niña necesita sentirse querido, aceptado y valorado. Así crea sentimientos de seguridad y confianza en sí mismo y forma una buena autoestima. Las relaciones emocionales tempranas con las personas que rodean al niño o niña son la base de donde surge el desarrollo social, emocional e intelectual.

Si el niño o niña se siente seguro y acogido, irá ampliando su desarrollo emocional, e irá aprendiendo a diferenciar y expresar una mayor cantidad de emociones como la alegría, la pena, el miedo, la rabia, la admiración, la sorpresa, etcétera. El conocimiento de sí mismo surge, entre otros, de la relación íntima y amorosa con la madre, el padre, y otros adultos cercanos.

Las acciones del niño o niña que ellos valoren y celebren serán lo que él empiece a entender como sus propias características positivas. Lo que rechacen, el niño o niña lo entenderá como sus propias conductas negativas. Si las valoraciones son positivas, él irá llegando a un autoconocimiento que le permitirá formarse una imagen positiva de sí mismo y tener una buena autoestima.

Es por esto que considero que las personas encargadas del cuidado de estos niños (maestras, asistentes educativos y personal de apoyo escolar), debe de ser empático y conocer el contexto familiar del niño para así poder realizar un abordaje adecuado tanto en la parte emocional y cognitiva de estos niños.

Bibliografía:

Mariana E. Navarrete.  “diversidad en el aula” Necesidades educativas especiales- 2007

1. Beltrán y otros, “intervención psicopedagógica y currículo escolar”