En la actualidad la disciplina en el salón de clases se ve claramente afectada por problemas referentes a la conducta de los alumnos, que cada vez se van acentuando más desde temprana edad. Ante nuestros ojos y los de la sociedad actual se abre un abanico de factores socio-psicoemocionales a tomar en cuenta y prestar especial atención ya que las aulas son el segundo hogar de millones de niños y jóvenes mexicanos que formarán parte del futuro de nuestro país y de nuestra sociedad.
Las conductas “problema” o como mejor se les conoce dentro de la rama de la psicopedagogía “conductas disruptivas” se podrían definir como: “Aquellas que influyen negativamente en el proceso docente y/o supone un grave trastorno para el normal desarrollo de la vida escolar. Es aquella conducta que genera conflictos en el aula”. García C. (2008).
En las investigaciones realizadas por Oros L. (2008), “se indica que entre las conductas problemáticas, observadas como más graves por los profesores, se encuentran: las de agresividad, la falta de compañerismo, las conductas moralmente inadecuadas, las que atentan contra la autoridad docente, las que dificultan el rendimiento académico, las que afectan las normas de funcionamiento de la clase y las dificultades de adaptación a la situación escolar y de aprendizaje”.
Las que afectan las normas de funcionamiento en la clase, normalmente se manifiestan, afectando no solo a quien las está presentando sino al grupo que lo rodea, sin embargo, el tipo de conducta disruptiva que se presenta en cada grupo varía de acuerdo a la edad de los que lo conforman.
De tal manera que el docente funge un papel de “indagador” dentro del salón de clases para de esta manera, lograr un ambiente de convivencia sano, donde se promueva el aprendizaje y la práctica de valores acordes a la sociedad en que se encuentren inmersos.
Hago mención del término “indagador” ya que para lograr este ambiente de convivencia sano del que ya hablaba con anterioridad, el maestro o docente deberá hacer un trabajo de investigador y/o observador para detectar las posibles razones de los problemas de conducta presentes en el aula. El docente deberá tomar en cuenta factores como: El nivel socioeconómico de sus alumnos, la zona escolar, los posibles problemas familiares que aquejen al alumno sin importar la edad del mismo, el tan famoso “bullying” o acoso escolar, los distintos estresores en el ambiente, factores de riesgo: como consumo de alcohol y drogas, problemas psicológicos y emocionales, etcétera. El maestro no deberá pasar por alto sus propias áreas de oportunidad como podrían ser: falta de preparación o desconocimiento de algún tema, temas tediosos o aburridos, falta de material audio- visual, desactualización o simplemente la falta de límites claros.
Es importante que los maestros identifiquen la o las fuentes de los problemas de conducta para con base en estos, diseñar un plan de acción que se ajuste a las necesidades del aula, haga cambios y mejoras que promuevan el aprendizaje y sano desarrollo intelectual de los alumnos y prevenga futuros problemas
Referencias:
García Correa, A. (2008) “La disciplina escolar. Guía Docente”, Servicio de publicaciones, Murcia, España, 134 p.
Oros L. (2008) Promoviendo la serenidad infantil en el contexto escolar. Experiencias preliminares en una zona de riesgo ambiental, Interdisciplina, 25 (2), 181-195 p.