Es muy común escuchar que un niño va a terapia de lenguaje para aprender a realizar ejercicios con la lengua y labios para poder articular correctamente letras como la “r” y así tener una pronunciación sin errores de las palabras. Sin embargo, la terapia de lenguaje es mucho más que eso.

Para poder explicar más profundamente este tema, hay que definir que el lenguaje es el medio por el que los individuos se comunican entre sí y que se divide en:

• Lenguaje verbal: que se clasifica en oral (habla) y escrito (gráficos)
• Lenguaje no verbal: Hace referencia a lo gestual que son movimientos faciales o corporales que expresan algo.

Un dato muy importante es que a los 2 años un niño debe hablar un mínimo 50 palabras y empezar a formar oraciones de 2 vocablos, sino lo realiza es un indicador de alerta ya que esto puede provocar que se abuse del lenguaje gestual, de la señalización de objetos y de las onomatopeyas que son el sonido de las cosas, por ejemplo: un niño en vez de decir perro dice “gua, gua”.

Los componentes del lenguaje verbal ( oral y escrito)  son los siguientes:

1. Fonética: Se refiere a la pronunciación correcta de las palabras.
2. Morfo-sintaxis: Estudia la estructura interna de las palabras y explica la manera en que se relacionan están palabras entre sí para formar oraciones coherentes.
3. Léxico-semántico: Se refiere al vocabulario y significado de las palabras para formar un contenido.
4. Pragmática: Es el uso o interpretación que se le da al lenguaje de acuerdo al contexto.

Lo anterior, nos permite conocer como esta integrado el lenguaje verbal y entender que es recomendable que el niño vaya a terapia de lenguaje cuando hay problemas en alguna de estas áreas.

Es muy importante dejar en claro que hay problemas de habla o lenguaje y que no son lo mismo, para entenderlo lo explicaremos de la siguiente forma:

• Trastorno de habla: Es cuando el niño tiene problemas al pronunciar el sonido de las palabras, este problema abarca la articulación, fluidez, voz y en algunos casos deglución.
• Trastorno de lenguaje: Se divide en comprensivo que es la dificultad para entender el mensaje que transmite el lenguaje y expresivo que es la falta de facilidad para unir palabras para formar oraciones con significado, así también es tener un vocabulario reducido y no saber como usar el lenguaje de forma apropiada en contextos sociales.

Los trastornos antes mencionados se pueden presentar de forma aislada o conjunta y se deben de tratar en terapia de lenguaje según sus requerimientos.

Por ejemplo, un niño puede padecer solamente el trastorno del habla porque tiene problemas en la fluidez como es el caso de la tartamudez o errores en la articulación de palabras al cambiar u omitir el sonido de letras de las palabras, esto significa que vez de “decir lata dice nata” y en vez de “decir sopa dice opa”, sin embargo, si puede comprender el mensaje del lenguaje y puede unir palabras, aunque las pronuncie incorrectamente para transmitir un mensaje. Esto significa que hay ausencia del trastorno de lenguaje.

La terapia de lenguaje requiere como requisito obligatorio, la revisión del aparato fonoarticulador del niño, para descartar la existencia de: frenillo labial o lingual, fisura labial, fisura de paladar o algún problema odontológico que impida una correcta articulación de los fonemas.

También se requiere en los casos donde se sospeche que el niño no oye bien por su manera de comportarse de la realización de una prueba de audición para descartar que los problemas de habla o lenguaje se deriven de esa posible causal.

Cabe mencionar que hay trastornos del neurodesarrollo como es el autismo o TDAH que en algunos casos provocan dificultades en el habla o lenguaje de quien lo padece, por lo que hay que realizar pruebas diagnósticas para aplicar la intervención correcta y tratar el problema del lenguaje, así como el trastorno del neurodesarrollo que exista.

Es muy importante que, al brindar la terapia de lenguaje, se realice un análisis de la situación personal, familiar y escolar del niño para tener información sobre el contexto en el que se desarrolla el menor y poder descubrir si existen causas externas que influyan negativamente en el desenvolvimiento del menor y por ende en la adquisición del lenguaje.

Es crucial empezar a trabajar la conciencia fonológica en terapia de lenguaje, que es la distinción de palabras en la oración, de silabas en las palabras hasta llegar a poder distinguir cada letra de una palabra, ya que esto ayuda a desarrollar más el lenguaje y además la conciencia fonológica es una de las bases fundamentales en la lectoescritura. Recordemos que la manera en que hablamos será la manera en que escribamos.

Un problema de lenguaje que no se trate va a repercutir en el aprendizaje del niño, porque se le da la dificultad de entender lo que se le explica o expresar sus dudas correctamente.

No olvidemos que, para lograr un resultado favorable en la terapia de lenguaje, el trabajo en casa que pida realizar el terapeuta al niño con el apoyo de sus padres es fundamental ya que se necesita mucha práctica para cambiar o adquirir patrones de articulación, expresión, comprensión, etc. que no se lograrán sin una práctica constante del niño y un compromiso de los padres.