Sobreprotección Infantil
Por Guadalupe Alcandra Orozco Mendoza
Por Guadalupe Alcandra Orozco Mendoza
Nuestros hijos son lo más valioso y sagrado que tenemos en esta vida y todos los padres a su manera y de acuerdo a sus posibilidades intentan hacer lo mejor para ellos.
Es un sentimiento generalizado el desear que sean felices y que nada malo les suceda, que la vida para ellos sea más fácil de lo que ha sido para nosotros si en nuestra infancia tuvimos dificultades buscamos suplir para ellos todo aquello que consideramos nos falto o que tuvimos y creemos les puede ayudar.
Pero ¿Qué sucede cuando nos sobre pasamos? ¿Dónde está el límite donde nuestra ayuda les favorece? Y ¿Dónde debemos dar un paso a tras para permitir su independencia?
Deseamos a toda costa evitarles el menor dolor y sufrimiento, impedir que vivan experiencias que nosotros consideramos les pueden ocasionar un malestar.
Algunas veces inspirados por el gran amor que les tenemos y otras por el miedo de que algo malo les suceda, empezamos a hacer todo por ellos, a resolver sus conflictos y suplir todas sus necesidades aun aquellas que de acuerdo a su edad puede resolver el mismo niño.
Esto es muy seductor, muchas veces no nos damos cuenta de que sucede ya que puede de manera superficial ser muy cómodo para ambos tanto para los padres como para el niño; porque en ese momento las cosas se solucionan rápido y fácil con la ayuda del padre.
Sin embargo con esta actitud vamos enviando el mensaje y nuestro hijo lo capta perfectamente que no le tenemos confianza y que el no es capaz de resolver nada sin nuestra ayuda; a medida que este comportamiento se repite el mensaje de “sin mí no puedes hacerlo o solo, yo sé cómo hacerlo bien”, se va grabando en su mente inconsciente y efectivamente llega a internalizar que el por si mismo no es capaz de resolver ninguna situación por pequeña que parezca, siempre necesitará de la ayuda de un adulto.
Esta situación se lleva hasta la edad adulta, crea personas dependientes que no son capaces de reconocer sus herramientas y cualidades, que necesitan validación todo el tiempo y que dependen de la guía y opinión de otros; no se atreven a tomar riesgos y tomar decisiones que serán benéficas para su vida ya que en el fondo siempre sienten que no son capaces.
La sobreprotección es considerada un abuso emocional para el niño, ya que esta siendo descalificado todo el tiempo y se le esta negando la oportunidad de desarrollar sus propias herramientas emocionales, su autoconfianza y autoestima misma que le permitirá convertirse en un futuro en un adulto capaz de resolver sus situaciones y tomar decisiones en pro de su bienestar.
En nuestra sociedad hoy por hoy no nos hemos percatado del daño que hace el sobreproteger a nuestros hijos, ya que no es notorio a simple vista y es hasta socialmente bien visto que se haga todo por los hijos, afortunadamente esto esta cambiando y cada vez más padres se interesan en dar a sus hijos las herramientas necesarias para su sano desarrollo, de acuerdo a su edad y contexto, al exponerse a situaciones controladas donde puede el niño resolver sus conflictos e ir ganando confianza y seguridad.
Se debe poco a poco permitirle ir ganando independencia e ir fortaleciendo su yo, en el día a día con cada pequeña conquista del niño se va reforzando el sentimiento de ser capaz de cuidarse y así mismo de ser capaz para la vida, este sentimiento se internaliza y es de gran ayuda en la vida del niño y en su futura adultez.
Todos deseamos que la vida para nuestros hijos sea mucho más placentera de lo que ha sido la nuestra, aun cuando la nuestra haya sido lo suficientemente buena siempre deseamos lo mejor para ellos.
Nos tomamos muy enserio la labor de allanarles el camino, quitamos y eliminamos toda piedra o bache en la que ellos pudieran caer o tropezar; Sin embargo es justo que cuando están a nuestro lado, tienen la oportunidad y posibilidad de nuestra mano aprender a hacerlo por ellos mismos, es justo ahí cuando nuestra labor como padres se hace presente enseñándoles pacientemente como hacerlo y permitiéndoles que lo hagan, aplaudiendo cada logro que tengan y cada vez que demuestren autosuficiencia.
Sé que como en cualquier otro aspecto de nuestra vida el encontrar el equilibrio es difícil, en este caso el buscar que tengan la certeza de que pueden contar con nosotros y la autonomía para ser independientes, sin embargo vale la pena completamente poner todo nuestro empeño en marcarnos los límites de hasta donde es saludable para mi hijo que yo le ayude en cada etapa de su vida y en donde es mi responsabilidad como padre identificar que mi ayuda lejos de ser benéfica le será perjudicial.
Nuestra labor como padres consiste en darles el espacio, el contexto y las herramientas para poder ser seres independientes, entre menos nos necesiten de acuerdo a su edad mejor trabajo hemos hecho, sé que como padres duele el impulsar a nuestros hijos hacia la independencia ya que parte de nosotros quisiéramos que nos necesitaran siempre, sin embargo el saber que hemos hecho todo lo posible por darles autonomía, seguridad y confianza en ellos mismos nos brindará la paz y la satisfacción cuando vuelen de nuestro lado.
Diplomado en psicología clínica
Atenta invitación
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